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Guía de Soluciones de Salud (Blog)
San José, Costa Rica. Junio, 2014.
Un trastorno alimenticio implica más que realizar una dieta para perder peso, pues presenta una serie de prácticas alimenticias extremas, con una condición que se acompaña de comportamientos disfuncionales, desajustados y de alto riesgo.
Estos cambios en la conducta alimentaria, alteran y repercuten en la vida emocional, física, interpersonal, académico y laboral de quien lo padece, y puede oscilar desde la disminución o evitación de alimentos a comer en excesivas cantidades, ambos comportamientos se sostienen sin control y con preocupaciones sostenidas o ansiosas alrededor de su imagen corporal.
Según Verónica Castro Camacho, Psicóloga Clínica del Hospital Clínica Bíblica, “las razones pueden ser diversas y deben ser exploradas y analizadas en cada paciente. Existen desde causas bioquímicas, familiares y ambientales. Podríamos decir que en la mayoría de los casos se conjugan al mismo tiempo factores diversos que contribuyen con la evolución de dicha condición”.
Existen diferentes tipos de trastornos alimenticios, tales como:
Una de las consecuencias más habituales del trastorno por atracón es sufrir sobrepeso u obesidad, esto podría provocar: diabetes, hipertensión, colesterol, entre otros.
Para la psicóloga, “es de suma importante prestar atención a señales de alarma como rehusarse a comer en público, mentiras alrededor de los tiempos de comida, cambios frecuentes de peso, preocupación excesiva alrededor de los alimentos sus calorías, ejercicios, buscar salir al baño después de comer o visualizar en la persona una ingesta descontrolada e impulsiva”.
Este tipo de trastornos lo pueden padecer tanto hombres como mujeres y puede iniciar en la infancia o adolescencia y prolongarse hasta a adultez. Tanto factores o dinámicas familiares disfuncionales, así como características de personalidad específicas, contribuyen a la aparición y sostenimiento de los trastornos de alimentación.
Conforme avanza el tiempo y aumentan los síntomas, el riesgo es mayor y puede llevar a quien lo padece a la muerte. El deterioro repercute gradualmente tanto a nivel emocional como físico.
¿Cómo tratarlo?
Es importante buscar ayuda en Psicología Clínica y Psiquiatría, para que el profesional de la salud pueda valorar al paciente, ofrecer un tratamiento farmacológico y terapéutico, explorando secuelas de trauma emocional, dinámicas familiares disfuncionales, factores de riesgo y factores protectores.
“Durante el proceso de tratamiento del paciente, es muy importante involucrar a la familia, para que ellos puedan ayudar y conozcan las recomendaciones de manejo en el hogar, además de como establecer límites que disminuyan manifestaciones de disfuncionalidad familiar”, concluyó Castro.
Para mayor información no dude en comunicarse con los expertos en esta área de la salud al 2522-1000 o por medios del sitio web www.clinicabiblica.com.