Cuando presentamos una sensación similar a la “pereza” lo relacionamos con que dormimos mal, y no necesariamente es así. La razón podría estar detrás de algunas patologías médicas que pueden originar distintos estados.
La anemia puede ser una de esas, así como los sangrados digestivos o la menstruación. También, las alteraciones hormonales en la tiroides o, hasta la diabetes. Sin embargo, es amplia la gama de situaciones físicas que pueden provocar cansancio.
Por eso, antes de preocuparnos debemos aprender a diferenciar el cansancio de la somnolencia. Esta última engloba el hecho de tener la facilidad, o la tendencia, de quedarse dormido, en momentos de poco nivel de alerta, o de parecer “aburridos” o lentos.
“Teóricamente no deberíamos de tener somnolencia si hubo un buen descanso durante la noche”, agregó la Dra. Liliana Estrada, especialista en Medicina del Sueño.
Aspectos importantes para tomar en cuenta:
La Dra. Estrada aclaró que el sueño cambia con la edad. Por eso, es importante repasar el rango de horas por dormir dependiendo de su edad:
Adultos mayores: De 6 ½ a 7 ½
Adultos: De 7 ½ a 8 ½ adultos
Niños: De 9 a 15 niños
“Para monitorear si dormí bien o no, puedo preguntarme: (cuando abro los ojos en la mañana) ¿me siento bien, o pesado? O, por ejemplo, notamos que tardamos más de 2 horas para activarnos, una vez levantados de la cama. También conviene preguntarse: ¿Mi nivel de atención durante el día está bien o me hace falta más vigilia?”, detalló la especialista.
¿Cuáles son los trastornos del sueño?
Entre los trastornos del sueño más comunes, y los que se atienden desde la Clínica del Sueño SleepMed, en el Hospital Clínica Bíblica, están:
Características del insomnio:duermo pocas horas, o tengo mala calidad de sueño; además me levanto y el sueño no fue reparador. Asimismo, presento dificultad para iniciar el sueño, o no logramos sostenerlo a lo largo de la noche. “No es normal despertarnos y no poder volver a dormir”, indicó la Dra. Estrada.
Características de la apnea del sueño:momentos donde escuchamos que nuestro familiar deja de respirar por cortos periodos durante el sueño. “Esto produce una disminución intermitente de la oxigenación; y es una patología que tenemos que tratar, y la terapia, algunas veces, requiere de un abordaje integral”. Entre las opciones se encuentra bajar de peso, utilizar una mascarilla al dormir, o hasta requerir de una cirugía; también puede ser la unión de todas estas soluciones.
Características de los trastornos del comportamiento, del sueño REM, y movimientos asociados: aquí se incluye el síndrome de piernas inquietas. Estos padecimientos ameritan ser vistos, ya que puede tratarse de algo benigno, o incluso, un síntoma del inicio de trastornos demenciales (enfermedades del sistema nervioso central).
Características de los trastornos del ciclo circadiano: hace que el sueño pierda calidad, y que la arquitectura de las fases del sueño sufra. “Este trastorno da mucha somnolencia durante el día; por consiguiente, requiere de un tratamiento específico”, determinó la Dra. Estrada.
Existen más de 90 patologías del sueño, y según la especialista, mientras más tardemos en buscar ayuda, tiende a volverse crónico el trastorno. Por eso si presentamos algunos de los siguientes síntomas, le aconsejamos consultar con un médico somnólogo certificado:
Dificultad para conciliar el sueño
Menos de 6 horas de sueño diario
Ronquidos
Despertares con sensación de ahogo y palpitaciones
Presión arterial alta al despertar
Arritmias cardiacas
Dolores musculares al amanecer
Presencia de somnolencia durante el día
Alteraciones de la conducta
“En SleepMed manejamos expectativas reales en el paciente, y vamos dirigidos a que todo paciente aprenda, dentro de su caso individual, cuál es la terapia más adecuada” concluyó la Dra. Estrada.
Por esa razón, además del acompañamiento médico, le ofrecemos una guía de consejos para implementar mejores hábitos de sueño diariamente:
Despertarse a la misma hora, con el fin de mantener una regularidad
Asolearse 5 minutos diariamente, en la mañana, si no existe una contraindicación de un dermatólogo para hacerlo. “Así sincronizamos nuestros ritmos biológicos en conjunto con la melatonina.”
Prestar atención a la cantidad de cafeína ingerida diariamente. Hay que recordar que la podemos encontrar en el café, el té negro, las bebidas gaseosas, las bebidas energizantes, y en los chocolates.
Evitar el tabaco
No hacer siestas a lo largo del día
Buscar hobbies y mantener una vida balanceada: familiar, personal, laboral
Ponernos límites en el uso de aparatos electrónicos
En la noche estar en la penumbra, y mantener una luz tenue en la casa
Después de los 55 años, es normal que el nivel de la melatonina en el cuerpo disminuya; por lo cual se recomienda consultar con un somnólogo, si hay presencia de trastornos del sueño
No hacer ejercicio en la noche, o por lo menos cuatro horas antes de dormir
Evitar alcohol y las comidas copiosas antes de dormir
No estar preocupado por la hora, no medir tanto el sueño
Hacer cosas “aburridas antes de dormir” (una hora y media antes) para lograr esa transición de la vigilia al sueño
No usar su dormitorio como oficina
Entrar al dormitorio cuando ya sienta ganas de dormir
No preocuparse por un día que no duerma bien
Puede repasar toda esta información a través del siguiente video: