San José, Costa Rica. Octubre, 2014.
Durante la menopausia, en ocasiones, se reportan alteraciones del sueño asociadas a los calores o “bochornos”, que a la vez repercuten o aumentan los momentos de irritabilidad, tensión, desánimo o depresión, sentimientos de inutilidad, temor al envejecimiento, hipersensibilidad y falsas concepciones en torno a lo que significa ser mujer versus sentirse “menos mujer”, lo cual puede afectar la relación de pareja o el entorno laboral, social o familiar.
Sin embargo, “cada caso es único y de igual forma hay mujeres que reportan diversas manifestaciones emocionales durante esta etapa, al tiempo que otras cursan la misma sin ningún cambio que repercuta de forma notoria en las diferentes áreas de la vida”, comentó la psicóloga clínica Verónica Castro Camacho, del Hospital Clínica Bíblica.
Si una persona no ha mostrado cambios bruscos de humor o historia de depresión a lo largo de su desarrollo, será muy importante estar atentos a cualquier cambio gradual o abrupto durante esta etapa. Pero, si se trata de alguien que tiene antecedentes de problemas emocionales y estos se exacerban o incrementan, con mayor razón deberá recurrirse a un especialista que contemple tratamiento a seguir y factores protectores a considerar.
A veces, la menopausia se acompaña la disminución del placer o deseo sexual, lo cual debe ser atendido inicialmente por un especialista en Ginecología, con el fin de descartar que dicha manifestación no responda a la vivencia de dolor durante la intimidad, producto de resequedad vaginal o falta de lubricación, lo que dificulta la excitación.
Además, cuando se reduce el deseo sexual es indispensable una comunicación abierta y fluida a nivel de pareja, para que ambos conozcan los cambios que podrían presentarse y realizar visitas conjuntas al ginecólogo, con el fin de buscar espacios en donde se expongan dudas o temores.
“Si uno de los dos no muestra apertura, alberga temores o ideas erradas en torno a esta etapa, es vital que visiten a un experto que pueda orientarlos”, agregó la psicóloga clínica.
No es correcto pensar que al pasar por la menopausia se espere que algunas mujeres se comporten como adolescentes. Si esto sucede y repercute en la vida personal, laboral o social, deberán explorarse a nivel terapéutico temores, falsas expectativas o ideas erradas en torno al proceso evolutivo del ser humano.
Tratamiento y calidad de vida
La menopausia es una época, fase o etapa que cursa la mujer, con reporte de cambios físicos, endocrinos y/o psicológicos. Cada caso es único, por lo que en ocasiones se contemplan tratamientos hormonales o antidepresivos, así como procesos de terapia psicológica, que buscan contrarrestar las alteraciones químicas propias de esta etapa o alteraciones de corte cognitivo que repercuten en el estado emocional.
Algunas pautas recomendadas para vivir mejor esta etapa son:
- Visitas puntuales y regulares con el ginecólogo.
- Alimentación saludable, pues puede haber aumento del colesterol o variaciones en la figura corporal asociadas a la obesidad, sobrepeso o diabetes, como consecuencia de cambios metabólicos que pueden presentarse en esta fase. Además, es un factor protector para cualquier persona frente a cualquier etapa que sobrelleve.
- Actividad física regular. El ejercicio cardiovascular es un catalizador de estrés, ansiedad y perturbación. Se debe contemplar una rutina de una duración mínima de 30 minutos, al menos 3 veces a la semana.
- Comunicación abierta con redes o recursos de apoyo (pareja, familia o amigos), en caso de hacerse necesario el acompañamiento emocional.
Para mayor información o revisión médica puede llamar al número 2522-1000, o al correo electrónico citas@clinicabiblica.com, también vía chat en el sitio web www.clinicabiblica.com