• Presencia de un fuerte dolor de cabeza.
• Adormecimiento de la cara, brazos o piernas.
• Pérdida repentina de la visión.
• Confusión
• Dificultad para hablar o entender lo que le están hablando
• Inestabilidad para caminar o mantenerse de pie

La repercusión que puede generar un derrame cerebral varía según la persona, la ubicación del área afectada y la rapidez con la que se trata; en algunos casos no deja secuelas mientras que otros generan una invalidez leve, moderada o severa, como parálisis, dificultad para la coordinación motora, alteración en el habla, olfato y visión.

“La atención rápida aumenta las posibilidades de sobrevida de la persona, así como también una recuperación exitosa. En caso de sufrir un derrame cerebral, asista inmediatamente a un servicio de emergencias, preferiblemente antes de haber transcurrido 60 minutos”, concluyó la Dra. Katherine Rodriguez.

El manejo depende de la edad del paciente, ubicación, gravedad y causa del derrame, donde se disponen diferentes tratamientos tanto médicos como quirúrgicos, para lograr una óptima recuperación del paciente. Lo más importante después de sufrir un derrame cerebral es iniciar la rehabilitación física, del habla y vocacional lo antes posible.

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• El 80% de los derrames cerebrales son causados por un coagulo, una placa o depósitos de grasa obstruyendo el flujo sanguíneo causando la muerte al tejido cerebral.
• El 20% restante es causado por la ruptura y sangrado de un vaso sanguíneo.
• Los pacientes que han sido victimas de un derrame cerebral, tienen hasta un 40% de riesgo de volver a presentar un nuevo evento.

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