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Guía de Soluciones de Salud (Blog)

¿Cómo saber si soy celiaco?

San José, Costa Rica. Julio, 2017.

10 mitos sobre la cesaria

Algunos califican el ser celiaco casi como una “moda”, porque desde hace un tiempo más y más personas eliminan el gluten de su dieta.

Evidentemente, no se trata de una tendencia de estilo de vida, sino que muchas veces la celiaquía no se diagnostica con facilidad y cada vez más personas llegan, finalmente, al diagnóstico correcto después de haber rebotado de consultorio en consultorio buscando una solución a sus trastornos. O al contrario muchas veces se sobre diagnostica y se confunden con intolerancia o alergia al gluten. De hecho, se calcula que un 75% de los celiacos no sabe de su condición.

Quienes son celiacos (una persona de cada cien aproximadamente) padecen una enfermedad genética del sistema inmune en que el gluten daña las vellosidades del intestino delgado y esto les impide absorber correctamente componentes importantes de los alimentos provocando múltiples síntomas y enfermedades muy relacionadas con la desnutrición. Además se relaciona con otras enfermedades inmunológicas y hasta con linfoma.

El gluten es una proteína que se encuentra en el trigo, la avena, la cebada y el centeno, así como en alimentos preparados con estos ingredientes. También puede estar presente en vitaminas, suplementos, medicamentos, salsas e incluso en labiales o el pegamento de las estampillas.

Es importante no confundir la celiaquía con la intolerancia al gluten. La intolerancia al gluten es una reacción ante un alimento que contiene esta proteína y que ocasiona síntomas gastrointestinales, pero no causa daños a los tejidos del intestino delgado. En ese sentido, también es importante diferenciar la alergia al gluten. En este caso, el sistema inmune responde al gluten como si fuera algo dañino (cuando en realidad no lo es), pero que puede mejorar con el tiempo y la persona podría, eventualmente, volver a consumir alimentos con gluten. La celiaquía, por su parte, no tiene cura.

La dificultad para diagnosticar la celiaquía reside en que muchos de los pacientes presentan síntomas distintos. Estos pueden aparecer de forma lenta y variada e, incluso, cambiarán con la edad. De tal manera, mientras un paciente puede presentar diarrea y dolor abdominal, otro sufrirá solo de cambios drásticos de humor y otro no sentirá absolutamente nada extraño excepto fatiga por anemia.

La celiaquía puede aparecer desde temprana edad o más tarde en la vida. Aquí le ofrecemos una lista de los síntomas más frecuentes de acuerdo con la edad:

  • Bebés y niños: retraso del crecimiento, pérdida de peso, cabello frágil, irritabilidad, hiperactividad, defectos en el esmalte dental, heces fétidas o grasas (que suelen pegarse al inodoro al vaciarlo), diarreas y vómitos.
  • Adolescentes: dolor abdominal, diarrea, estreñimiento, anemia ferropénica, dolor de cabeza, retraso en la llegada de la pubertad y de la menstruación, estatura corta, fatiga crónica.
  • Adultos: dolor abdominal, estreñimiento, colon irritable, gases, inapetencia, pérdida de peso, pérdida de cabello, menopausia precoz, infertilidad y abortos, fatiga crónica, irritabilidad, depresión, fracturas, comezón en la piel, trastornos menstruales, calambres musculares, dolor en las articulaciones, entumecimiento de las manos y los pies, sangrados nasales, diarrea y anemia ferropénica.

Para llegar a un diagnóstico adecuado, se requiere realizar exámenes de sangre para determinar la presencia de ciertos anticuerpos presentes en la Celiaquia, que diferencia la alergia e intolerancia de la verdadera enfermedad celiaca. Si estas pruebas son positivas, se necesita una endoscopia para extraer una muestra de tejido del intestino delgado y realizar una biopsia. También es posible realizar pruebas genéticas de sangre cuando el diagnóstico es dudoso.

Luego de unos meses de control y de haber comenzado el tratamiento (que consiste en la eliminación del gluten de su dieta) se realizan de nuevo los exámenes para comprobar si usted ha reaccionado favorablemente. De ser así, se confirma el diagnóstico. Es importante recordar que no se debe empezar una dieta libre de gluten antes del diagnóstico porque podría afectar los resultados.

Con evitar el gluten, en la mayoría de los casos los síntomas desparecerán y las vellosidades en los revestimientos del intestino delgado volverán a crecer. Es importante leer las etiquetas de los alimentos y medicinas, así como consultar con un nutricionista especializado en celiaquía.

Por lo demás, usted podrá llevar una vida normal, con la única excepción de que será libre de gluten.

 

 

 

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