San José, Costa Rica. Abril, 2014.
Antes de iniciar cualquier plan de ejercicios es necesario revisar cómo anda su salud, con el fin de evitar complicaciones que lleguen incluso a poner en riesgo su vida. Para tal efecto, conviene realizarse un chequeo básico inicial de laboratorio que comprenda glicemia y perfil de lípidos para valoración metabólica y de riesgo cardiovascular.
Como parte de las pruebas necesarias se contempla un electrocardiograma en reposo, y complementar con un examen cardiológico especializado, denominado ecoestrés, que consiste en la combinación de un ecocardiograma con una prueba de esfuerzo, de manera que se obtenga no solamente un registro electrocardiográfico sino de imágenes del esfuerzo que el corazón realiza cuando es sometido a una carga física, la cual obviamente es un protocolo programado y escalonado.
“La valoración del deportista debe ser integral: Desde los aspectos nutricionales, los musculoesqueléticos y aquellos exámenes que nos puedan ayudar a valorar riesgo cardiovascular. Además, el deportista debe concientizarse que debe ser parte de su rutina una evaluación por lo menos anual de su corazón y que en el momento que haya algún cambio que llame la atención debe de disminuir la carga de ejercicio, ya que eso suele revertir los cambios que lo pueden poner en riesgo”, indica la Dra. Juliana Salas Segura.
Los deportistas suelen presentar cambios estructurales denominados corazón de atleta; el cual consiste en una serie de adaptaciones anatómicas, eléctricas y fisiológicas que hace que el corazón aumente su tamaño, se vuelva más grueso y su frecuencia cardíaca más baja que lo convierte por eso mismo en un corazón más fuerte y capaz de tolerar más tiempo y esfuerzo que una persona que no se ejercita con frecuencia.
Hay deportes que podrían implicar un mayor riesgo de sufrir un mal respiratorio o cardiaco. Entre más actividad anaerobia requiera, como por ejemplo, levantamiento de peso; el corazón es más probable que se hipertrofie, es decir que se ponga más grueso. Sin embargo si el ejercicio es más aerobio pero es de alto rendimiento, se relaciona a más incidencia de muerte súbita.
“La muerte súbita es una forma muerte natural debida a causas cardíacas, inesperada en el tiempo y en su forma de presentación, que viene precedida por la pérdida brusca de conciencia dentro de, como máximo, la hora que sigue al inicio de los síntomas, en un individuo con una cardiopatía de base conocida o desconocida”, explicó la Dra. Salas.
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