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Guía de Soluciones de Salud (Blog)

Baja autoestima en niños puede ser causa de la hiperactividad

San José, Costa Rica. Setiembre, 2014.

HiperactividadSi ha notado que su a hijo le cuesta relacionarse con el entorno y todavía aún más con sus iguales, póngale mucha atención, esto puede ser un signo de hiperactividad.

La hiperactividad es más precisa determinarla en la edad escolar del niño, pues empieza a tener dificultades para seguir los lineamientos planteados por el educador y ve afectado su nivel escolar y social.

Según Sarita Alvarez Cordero, psicóloga del Hospital Clínica Bíblica, “al niño con hiperactividad le cuesta establecer relaciones sociales, dado a que puede sentir que no calza en ningún grupo como consecuencia de una baja autoestima, donde en muchas ocasiones los pequeños se sienten apartados, señalados e incluso etiquetados por maestros, compañeros o otros adultos.”

Lo anteriormente mencionado por la psicóloga, deja en evidencia que el infante sufre un trastorno y que no debe ser visto como el niño raro o majadero, sino que debe realizarse un buen diagnóstico y poder emprender un buen tratamiento con el menor.

En estos casos, los padres, en conjunto con la maestra, son los primeros que pueden notar que algo sucede con el niño, pues estos signos pueden alertar de que algo sucede en su comportamiento y desarrollo. Luego, debe ser evaluado por un psicólogo o un pedagogo y realizar pruebas psicométricas, que les permita determinar si sufre o no de hiperactividad o de algún otro trastorno que se refleja en su desempeño.


¿Cómo se identifica un niño hiperactivo?

Según mencionó la psicóloga, no todos los niños con hiperactividad mantienen las mismas características, pero si comparten algunos rasgos comunes, tales como:

  1. Atención: la distracción es más vulnerable a los estímulos del medio ambiente. En casa, tienen dificultad para seguir directrices, es como sino escucharan. En la escuela, comenten errores por no fijarse en sus trabajos, exámenes o actividades, pasan de una actividad a otra sin terminarla.
  2. Impulsividad: actúan de manera inmediata sin medir las consecuencias, se mantiene inquieto, lo que se puede notar en sus manos o sus pies, y no puede permanecer sentado. Habla de forma excesiva, responde antes de que la otra persona termine y no puede esperar su turno.
  3. Hiperactividad: tienen una excesiva actividad motora, siempre están en continuo movimiento.
  4. Comportamiento: es imprevisible, inmaduro, inapropiado para su edad, son traviesos, se muestran violentos, agresivos verbal y físicamente, con frecuencia mienten y cometen robos.
  5. Aprendizaje: tienen un bajo rendimiento escolar, dificultad perceptiva, no diferencian bien entre letras y líneas, problemas en la adquisición y el manejo de la lectura, escritura y cálculo, son torpes para escribir o dibujar, tienen mala letra, comenten errores de ortografía.
  6. Desobediencia: hacen lo contrario de lo que se les pide, los padres tienen dificultades en educarles patrones de conducta.
  7. Estabilidad emocional: cambios bruscos del humor, poseen pobre concepto de sí mismos, no aceptan perder.

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Quejas habituales de quienes conviven con un niño o niña hiperactivo:

  • Son desordenados
  • Hacen rabietas
  • No escuchan
  • No hacen caso
  • Son violentos
  • Mienten
  • Molestan
  • Los dejan totalmente aislados

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Recuerde que Hospital Clínica Bíblica cuenta con personal altamente calificado para ayudarle a sus pequeños.

Para mayor información o revisión médica puede llamar al número 2522-1000, o al correo electrónico citas@clinicabiblica.com, también vía chat en el sitio web www.clinicabiblica.com

 

 

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