Llámenos 24/7 - Hospital Clínica Bíblica
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Guía de Soluciones de Salud (Blog)

La hiperactividad se puede controlar

San José, Costa Rica. Setiembre, 2014.

hiperactividadUn diagnóstico adecuado y el tratamiento idóneo son esenciales para que un niño con trastorno de hiperactividad pueda adaptarse bien a la demanda escolar y social.

La hiperactividad es un trastorno de conducta de origen neurológico. Este padecimiento es más evidente en niños que en niñas y se presentan más casos por déficit de atención que por excesiva actividad motora.

Al tratarse de un trastorno de conducta de origen neurológico, su incidencia es de un 3% a un 5% de la población infantil a nivel mundial.

Según la Licda. Sarita Alvarez Cordero, psicóloga del Hospital Clínica Bíblica, “la hiperactividad es más precisa determinarla cuando el niño entra en edad escolar y empieza a tener dificultades para seguir los lineamientos planteados por el educador y ve afectado su nivel educativo y social”.

También existen adultos con hiperactividad no diagnosticada de niños, quienes han vivido con el trastorno, muchas veces reconociendo que padecen de falta de concentración y algunas dificultades en su desenvolvimiento, y han lidiado con él.


Modalidades de tratamiento

Existen tres modalidades para su tratamiento:

  1. Farmacológica: Metilfenidato, cuyos efectos inmediatos son el aumento de la capacidad de atención y concentración, así como una reducción de la hiperactividad, debido a que se estimula el cerebro para que alcance los niveles de activación necesarios para un correcto mantenimiento de atención. Como efectos secundarios se encuentran la falta de apetito y de sueño, dichos efectos se eliminan por la orina en unas cuantas horas.
  2. Psicológica: la frustración que los niños con hiperactividad manejan es muy alta. Se siente en conflicto frente a este trastorno, lo que se refleja en que constantemente se enferman o simplemente ocultan tanto sus temores y sus necesidades para que nadie note nada extraño. La terapia psicológica ayudaría al niño a comprender lo que le sucede y no logra manejar y que, además, lo hace sentir culpable.
  3. Educativa: a través de premios (debe ser algo que el niño quiera y que al cumplir con una tarea logre conseguirlo) o castigos (privarlo de algo que le agrada). El castigo puede ser útil para controlar ciertas conductas temporales, pero, si la conducta es indeseable, el castigo más eficaz es ignorarla). También se puede utilizar la economía de fichas (dar puntos positivos o negativos según se cumpla o no la conducta deseada) y contrato de contingencias (con niños mayores de 12 o 13 años realizar un contrato por escrito acerca de su comportamiento, de manera que exista un compromiso entre los hijos y los padres de algunos términos en específico).

Además de los tratamientos, los padres tienen que crear un ambiente familiar estable y consistente, que todos comprendan lo que se les pida, que sea adecuado para todas las edades involucradas en la familia, que las reglas están claramente definidas para que ante la falla de la misma se sepa de antemano si se incumplió o no.

Es difícil para los padres y el resto de la familia lidiar con un chico con hiperactividad, ya que se sienten impotentes y hasta culpables de sancionar sin ninguna guía a sus hijos, por lo que al momento del diagnóstico es bueno sean parte activa del proceso con el niño.

Para mayor información o revisión médica puede llamar al número 2522-1000, o al correo electrónico citas@clinicabiblica.com, también vía chat en el sitio web www.clinicabiblica.com

 

 

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