Reconocer que el estrés es una parte de la experiencia diaria y que es mejor mantener la calma en vez de dejarse llevar contribuye a una menor ansiedad.
Como el estrés es prácticamente inevitable, ayuda el establecer prioridades y avanzar con calma y eficiencia en ellas. No ver a las tareas con un efecto embudo sino en orden de importancia para abordarlas.
No postergar tareas o decisiones que den la idea del mundo sobre los hombros descarga al cuerpo.
Consultar con profesionales con los cuales trabajar el por qué del estrés y cómo manejarlo es muy útil.
No perder contacto con grupos, amigos, congregaciones para obtener apoyo cuando hay conflictos que afectan.
Realizar actividades relajantes como leer, hacer yoga o jardinería para "bajarse" de los pensamientos recurrentes o de las preocupaciones. Valorar los logros ayuda para atraer pensamientos positivos.
El ejercicio con regularidad ayuda a paliar el estrés. Desde una caminata hasta un deporte, quizá abandonado puede reducir el estrés.
Acuda a un profesional de la salud si tiene ideas autodestructivas o se ha refugiado en consumo de alguna sustancia perjudicial.